El hombre, ¿Un ser optimista en la penuria y pesimista en el
bienestar? He elegido esta pregunta para
el trabajo de filosofía y literatura porque me intriga muchísimo además de que
une barroco y actualidad.

Por otro lado, cuando el ser humano está en un cierto nivel
de comodidad social, económica etc... Tiende a empeorar, a dejar de innovar o
seguir innovando. Por ejemplo en la segunda guerra mundial, se empezó a tener
conciencia y fe en que la mujer también podría servir para trabajar y no solo
para estar al servicio de la casa. Pero como todo, tuvo que ser en una
situación extrema para darnos cuenta de que la mujer servía para mucho más que
para estar en casa. En la actualidad ocurre lo mismo, la sociedad al estar en
un nivel de comodidad no se preocupo de buscar energías renovables y ahora, con
el calentamiento global, agotamiento del petróleo etc.… El ser humano vuelve a
recurrir a su ingenio y pensamiento para poder evolucionar.

Todo esto da mucho que pensar, y valorar al ser humano como
un ser conformista, que no se preocupa de un futuro, que no mejora hasta que no
existe otra salida… Tal vez es ese el motivo de muchas crisis, de mucha
desigualdad en el mundo…. El barroco debería a ver sido un punto de inflexión
para la humanidad y tomar conciencia. El ser humano se ha caracterizado por
mirar atrás y aprender de sus errores pero nunca en mirar al futuro y
esquivarlos. Como todos sabéis, el
barroco viene precedido por el renacimiento, época de idealistas, de gente
despreocupada..etc... y todo esto es como
pasa en la actualidad, es exactamente lo mismo.
Pero… ¿y si fuera al revés? Es decir, que el ser humano
fuera optimista en la comodidad y pesimista en el desastre . Pues por el lado
pesimista sería preocupante hasta tal punto de volver a la edad del homo
sapiens… Porque nos estancaríamos, no
tendríamos ideas, ganas de seguir, de confiar en nosotros mismos… Y por el lado
optimista todo sería demasiado perfecto para ser realidad. Con mentalidades
abiertas, siempre dispuesta a conseguir más, siempre alerta….
El ser humano siempre ha tenido todo para conseguir lo que
hubiera querido, pero como todo niño mimado, terquea por lo que no obtiene y no valora lo que ya tiene, es decir, cuando
todo va bien, no valoramos las cosas y miramos por nosotros mismos, pero cuando
las cosas van mal, nos conformamos con tener solo lo que antes teníamos.
Mi conclusión no es otra que el ser humano tiene una
atracción enorme para errar en todo pero también una ilusión en seguir
adelante. Es una especie capaz de tropezar con la misma piedra dos veces y no
caerse nunca.
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